Como una segunda piel

Nuestras fajas están hechas con tela sin látex, utilizamos una alternativa hipoalergénica, más fresca y cómoda. Así evitamos el riesgo de alergias y la piel respira mucho mejor. 

No hay irritación ni humedad formándose.  

 Sabemos que todos los cuerpos son distintos, 

los aceptamos y nos acoplamos a ellos.

Desde la talla micro chica a extra plus, puedes adquirir tu Faja Zoé y verte más estilizada de inmediato. 

Reinventamos nuestras fajas con el paso de estos 20 años, desde los materiales hasta la construcción misma. Agregamos y quitamos cosas al diseño, para hacerla cada vez más cómoda y funcional. Todo está pensado para que puedas utilizar una Faja Zoé por tiempo prolongado sin sufrir incomodidades ni con el más mínimo detalle. 

 La principal ventaja de lo hecho a mano es la calidad. Tienes a muchas manos y ojos viendo constantemente la evolución de la faja, revisando cada etapa y aprendiendo constantemente. Además, nos ha permitido crear empleos para la comunidad y las familias en ella. Las máquinas automatizadas ahorran un poco de tiempo, pero nuestro interés está en las personas y su distintiva calidad. Lo que además nos permite ser flexibles y hacer fajas sobre pedido, para cualquier requerimiento especial. 

De igual manera, entendemos que nuestras acciones tienen un impacto, y nos preocupamos por que el nuestro sea positivo para el planeta. Utilizamos energía solar, tenemos procesos de reutilización y reciclaje, además de que lo hecho a mano requiere mucho menos energía. Nuestros procesos están pensados para reducir el desperdicio sin perder calidad. Así se tiene la certeza de que se adquiere un producto con conciencia ambiental. 

Desde los materiales hasta la mano de obra, Fajas Zoé es un producto 100% mexicano. 

Promover la economía nacional nos parece algo sumamente importante, y nos sentimos orgullosos de dar y recibir de otros negocios, familias y manos mexicanas.